Como cada domingo, nos reunimos sintiéndonos Iglesia, y hoy, en la intención especial de este día de la novena, “como Iglesia diocesana”. Nuestra reunión es para escuchar la palabra de Jesús resucitado, en el compromiso de su seguimiento; y para unirnos a Él por el alimento de su Cuerpo y de su Sangre.
Con esa ilusión son muchos, muchísimos los que en este día se acercan al Monte Medo para celebrar el día del Señor. Como cada domingo, revivimos lo que Dios nuestro Padre realiza por medio de su Hijo amado y del Espíritu Santo.
Hoy vamos a recordar que, por medio de la Cruz, Dios nos ha mostrado su rostro de Misericordia, y por eso, al celebrar el Misterio de su entrega en la Cruz, nos encontramos siempre con toda la bondad y misericordia de Dios. La Virgen María, nuestra Madre, la Virgen de los Milagros, a quien honramos de modo tan especial estos días, nos lo recuerda siempre. Ella está aquí, con nosotros, celebrando la bondad y el amor del Señor.
Así nos lo han recordado en todas las Eucaristías celebradas en el día de hoy, desde las más madrugadoras a las 7:30 de la mañana que comenzábamos recibiendo a la multitud de peregrinos que habían llegado andando desde múltiples lugares, y a partir de las 11h. desde el balcón del Santuario donde a las 12 el padre predicador de la novena de este año, el Rvdo. P. Enrique Rivas Vila nos hacía hincapié en esta misma idea.
Ya por la tarde, en la Eucaristía de 19 h. contamos con la presencia y las ofrendas de la Coral de Coren.
El sol nos ha vuelto a acompañar hoy con fuerza aunque a partir de la tarde la brisa hizo agradable la tarde-noche.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día sexto.