Es el último día de la novena y son muchos los peregrinos que desde bien temprano visitan el Santuario para honrar a la Madre.
A lo largo de todos estos días no nos hemos cansado de mirarla a Ella, a nuestra Virgen de los Milagros. Y, al contemplarla, es fácil que todos hayamos sentido que desviaba nuestra mirada de su maternal rostro para centrarnos en el del Niño que lleva en sus manos. En Él hemos contemplado la ternura, la bondad y misericordia de nuestro Dios. Muy bien podríamos decir que Dios, por medio de ella, nos abrió «un manantial de salvación»
María, en efecto, «concibió de modo inefable la Palabra encarnada, Jesucristo, fuente del agua viva». Y Ella nos lo presenta y ofrece hoy de nuevo. En esta eucaristía vamos a tratar de descubrir, una vez más, ese rostro de Misericordia que es el Niño que María lleva en sus brazos.
La vocación de los Misioneros Paúles y de las Hijas de la Caridad, que están muy presentes en la intención especial del día de hoy, es precisamente hacer vivo el rostro de Misericordia de Jesús por medio de su servicio a la Iglesia en la persona de los Pobres. Pidamos, agradecidos, por ellos y ellas.
La última eucaristía de esta novena celebrada a las 20:30 h presidida por Monseñor D. Leonardo Lemos Montanet, Obispo de Ourense,
A las 11 de la noche la explanada era iluminada por multitud de velas en un ambiente agradable tanto climatológicamente como el formado por los fieles que participaban en uno de los actos más populares y concurridos de la novena, el Rosario de Antorchas, durante el cual, la imagen de la Virgen María avanza, por un recorrido distinto a años anteriores, durante el rezo y la reflexión de cada misterio dirigida desde el balcón del Santuario.
La sesión de “fuegos de artificio” no fue posible por el alto riesgo de incendio y la ola de calor de estos días. Para honrar a la Madre en la víspera de su cumpleaños este año contábamos con la interpretación del “Ave María” por parte de la cantante María do Ceo.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día noveno.