La figura de Juan el Bautista nos da algunas de las claves que deben caracterizar la vida de la iglesia en todo tiempo y lugar. También en nuestro tiempo y en nuestro país.
La iglesia, cada comunidad cristiana, cada parroquia, debe ser profeta de Dios en nuestro mundo. Como Juan, la iglesia no está en el mundo para anunciarse a sí misma, sino para anunciar la presencia salvadora de Dios entre los hombres.
La Iglesia no existe para sí misma, para perpetuarse. Su centro es el Evangelio. Su misión es llevar el Evangelio al corazón de todos los hombres y mujeres e ir haciendo realidad en nuestro mundo el Reino de Dios. Nuestra vida y obras deben dar testimonio de que Dios llega y quiere llegar a los corazones de todos los hombres y mujeres. Como Juan, la iglesia tiene que saber utilizar la palabra y las obras para dar esperanza y vida a los hombres y mujeres de nuestro mundo.
En Adviento, Juan el Bautista es modelo para la comunidad cristiana. Como él, tenemos que saber que detrás de nosotros viene el que puede más que nosotros. Que nosotros sólo somos sus voceros y anunciadores. La única misión de la Iglesia es evangelizar. La única razón de su existencia es anunciar a los hombres que la salvación está llegando, que está ya presente en nuestro mundo.
- FELIZ DOMINGO DE ADVIENTO