Dios pone su tienda entre nosotros pero…
¡este misterio llega sin ruido! y… ¡los suyos no lo recibieron!
Como nos dice Lucas 10, 11:
“El Reino de Dios está dentro de nosotros”.
Llegó sin ruido, en el silencio de la noche, en Belén, una aldea de Judá. Y sigue llegando sin ruido… por eso es importante no perder de vista la necesidad, junto a la fiesta y “demás”, del recogimiento, de la oración para conservar y meditar interiormente al estilo de María, todo cuanto va ofreciéndonos y presentándonos la Iglesia en su liturgia. Es necesario “detenerse” para “reconocer”. A Dios no se le suele encontrar en la frialdad de los libros sino en la plenitud del pesebre. Y el método no consiste en estirarse oteando el horizonte sino en inclinarse hacia lo cotidiano, hacia la vida misma, hacia el hermano que me necesita… ahí descansa Dios.
Nace Dios y no hay lugar para Él en la posada… ¿y en nuestras posadas, en nuestras vidas, en nuestras familias… puede celebrarse el Nacimiento de Dios?
- Vivir la caridad fraterna, la paz… ¿Quieres que haya Navidad? Fuera los resentimientos, sal con las manos abiertas a reconciliarte y así poder celebrar al que es Príncipe de la Paz.
- Vivir en gracia y en paz… los limpios de corazón son los que reciben al Señor. El humilde por eso… ¿tienes soberbia? Sepúltala, porque por la soberbia se llega a la dispersión, a la injusticia, a la envidia… a no recibir la Luz que viene a ti.
- Vivir desde la Luz porque Dios quiere nacer en nosotros. No se concibe una Navidad sin luces, velas…. pero ¡cuidado! no vayamos a encender tantas luces artificiales que no dejemos brillar la verdadera luz de nuestras vidas. Acoger la luz significa entrega de sí mismo. Por eso, si quieres acoger al Niño de Belén, tienes que acoger igualmente a los hermanos. Es necesario favorecer más la convivencia porque hoy, tiempo de urgencias y cosificaciones, necesitamos: dedicar más tiempo para escucharnos, para decirnos cosas buenas, para tratarnos mejor, para curarnos las heridas…
Que el Señor que se hace presente en esta Eucaristía se haga presente también en nuestras vidas y nos ilumine y acompañe, para que vivamos bien esta nueva oportunidad que estamos inaugurando.
FELIZ DOMINGO… DÍA DEL SEÑOR… DÍA DE LA FAMILIA…