He cambiado mucho en la vida.
Desde que era pequeño hasta hoy.
He conocido gentes, he compartido historias,
he tenido aciertos y algún que otro descalabro.
Y ahora soy consciente de que cuando te he dejado acunarme o sacudirme,
cuando he dejado que tu palabra llegue hasta mis entrañas,
entonces tú me has cambiado.
Pero soy lento, y a menudo sordo o perezoso para Ti.
Me atasco en mil dinámicas que no me dejan vivir a tu manera.
Me veo débil, a veces necio…
Menos mal que sé que tú no te cansas de modelarme, que me vas transformando con manos firmes.
Tú sabes a dónde me quieres llevar.
¿Dónde me veo necesitado de conversión?
¿Dónde siento que Dios trabaja en mí?
FELIZ DOMINGO DE CUARESMA…