Hoy, en la tradición popular, celebramos a
Nuestra Señora de Los Dolores.
La verdad es que en Semana Santa
nos asomamos a una lógica que nos puede parecer devastadora.
¿Un rey en cruz? ¿Un Dios ausente?
¿La amistad traicionada? ¿Conviene que muera un justo por el bien del pueblo?
Quienes hoy te aplauden mañana gritan: «¡Crucifícalo!»
Un «Hágase» ha llevado a una mujer hasta el pie de la cruz donde agoniza su hijo.
Un juez de sentencia injusta se lava las manos…
¿Era esto, Señor? ¿Era esta tu promesa?
Y… ¿yo… dónde estoy?
Madre, de Los Dolores… ayúdame a permanecer fiel a la voluntad de tu Hijo…
Ayúdanos a «hacer lo que Él nos dice»…