A veces uno quiere volver a ser como un niño,
acunado por unos brazos que dén seguridad,
desvalido y, sin embargo, seguro.
Sin responsabilidades, sin horarios,
sin exigencias, sin comeduras de tarro.
Dispuesto a hacer muchas preguntas
porque sabes que la respuesta está fuera.
A veces quieres reposar,
aparcando por un rato proyectos, estudios, tareas, retos…
y dejarte cuidar por un rato.
FELIZ DOMINGO