Comenzamos este tiempo nuevo invitándonos a: “Estad preparados”.
“No os dejéis engañar”. “No tengáis miedo”. Es una magnífica llamada la que nos hace la Palabra del Señor al comenzar este camino de novedad: vigilad, convertíos, comprometeos, vivid en esperanza… no hay lugar para sentirse mal o abatidos… es preciso construir.
Tres formas de llevarlo a cabo:
Primera: Estad preparados. Los tiempos actuales son duros y oscuros para muchos de nosotros. La vida se desprecia y abarata, la violencia se desata de mil formas destructoras, la justicia y la dignificación de los débiles tardan en consolidarse, los sueños más nobles parecen desvanecerse y afloran vientos fétidos de corrupciones y desintegraciones, de enfermedades virulentas y contagiosas, de fundamentalismos intransigentes, que generan desazón y sufrimiento, desconfianza y tensión. Y sin embargo no estamos solos… el Señor está en medio de nosotros. Él viene, Él es nuestra fortaleza…por eso, la esperanza de su promesa nos hace fuertes… sabemos de quién nos hemos fiado. Queremos “prepararnos” y hacerle presente en los organismos nacionales e internacionales de decisión. Donde se preparan y manejan las armas destructoras, en los nidos del odio, en los rencores enconados, en lo intereses individuales y partidistas, allí donde la vida se desprecia. En todos los ámbitos donde se resuelve lo humano.
Segunda: Ojo a dejarse engañar. Por el olvido de Dios, por el secularismo galopante, por el materialismo seductor. Por los discursos oportunistas, por la ambición disfrazada, por la felicidad hueca, por la extorsión despiadada, por la imposición manipuladora de los más fuertes, por el corazón de hielo de los que solo buscan su beneficio. VIGILAD, estad atentos a la voluntad del Padre, porque el Dios que viene, Aquel en quien creemos, es el que sale al encuentro del que practica alegremente la justicia y no pierde de vista sus mandamientos.
Tercera: No tener miedo. ¡El que viene y está en medio de nosotros es el Vencedor! ¡Y volverá como tal! Por Cristo, con El y en El… Él nos da el aliento necesario para mirar de frente, para vivir como católicos, para prepararle nuestras posadas… No tengáis miedo a comenzar el camino… a seguirlo… llegaremos así, a la meta eterna.
FELIZ ADVIENTO: NUEVO TIEMPO DE OPORTUNIDADES…