Santuario Nuestra Señora de los Milagros

FLORES DE MARÍA

La rosa del mes de mayorosa1

 

  1. Se divide la rosa en varias especies. La que florece en el mayo, y es propia de esta estación, es la que reúne en sí más cualidades de una verdadera flor. Fragancia, belleza, abundancia y variedad.
  1. La caridad: amor de Dios
  1. Dice la ley, amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con la plenitud de todas tus fuerzas. ¿Qué cosa es este amor?… Busquemos en el jardín de Dios esta fragantísima y hermosísima flor. El amor está en Dios como un fuego inmenso en su propio foco y elemento. Con el amor con que el Padre ama al Hijo, el Hijo nos ama a nosotros y con este mismo amor nosotros hemos de corresponder. Hemos de amar a Dios, porque es infinitamente amable… y todo cuanto se ama sin Dios, fuera de Dios, sin respeto a Dios y contra Dios, es un amor impuro. Siendo el amor de Dios la causa de cuanto amamos con amor puro y el móvil de todas las acciones buenas, no puede la caridad, en orden a este su primer objeto, ser mejor representada que por la reina de la flores, la rosa del mes de mayo. La bondad suma de Dios y su inmensa belleza atrae, eleva y roba todos los afectos del corazón humano con la suavísima fragancia de sus infinitas perfecciones y atributos.

 

  1. María, asistida por la gracia y dones del Espíritu Santo desde su Inmaculada Concepción, amó con tal intensidad a Dios, que atrajo a su seno virginal con la fragancia suave y pura de esta flor mística al mismo Hijo de Dios, y el Hijo del Eterno no vaciló, aunque hija de Adán prevaricador, en tomarla por Madre.
  1. Nuestro corazón está fabricado para amar, y para amar un objeto infinito, inmenso y eterno, que reúne en sí cuantas perfecciones puede concebir nuestro débil entendimiento. El amor de Dios ¿está en el jardín de tu alma? Piénsalo bien: busca el rosal que brota en mayo, llenando de suave olor toda la comarca. Busca bien este rosal, ¿está en ti?… Míralo bien… Si no le hallares, aún tienes tiempo: marcha a María tu jardinera, y dile que le ponga, que le plante, que le riegue y que le cuide. ¿Amas? ¿qué amas? Donde está el amor, está el corazón; donde está el corazón, está toda la plenitud y fuerza de tus afectos; donde están éstos, está tu alma toda, tus pensamientos, tus potencias y sentidos. ¿Amas a Dios con todo tu corazón? Mira que sin este amor no puedes entrar en el cielo.

Oración: Señora: Recibid en vuestras manos un ramillete de rosas del mes de mayo: aceptadle, es mi amor para con Dios mi Señor. Desde hoy, postrado al pie de este altar, yo os prometo, sí, lo tengo resuelto, amar con todos mis afectos a Dios. Yo me complazco de que Dios sea quien es, sumamente bueno… Sin él, y fuera de él, nada quiero amar. Yo quiero lo que Dios quiere, yo aborrezco lo que Dios aborrece; la voluntad de Dios será la mía de hoy en adelante: así yo lo propongo.