Santuario Nuestra Señora de los Milagros

HOY CELEBRAMOS…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Martes XV Ordinario, año Par. Nuestra Señora del Carmen
La fiesta empezó como fiesta de familia de la orden de los carmelitas, primeramente en Inglaterra, pero muy pronto se extendió por otras partes, por medio del escapulario que vino a hacerse tan popular. España, Italia, Portugal, Francia y Saboya fueron las primeras que solicitaron la celebración de esta fiesta del Carmen o del escapulario.

Evangelio según San Mateo 11, 20-24 En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

Palabra del Señor

Reflexión. El evangelio de hoy nos presenta a tres de las ciudades de Galilea visitadas por Jesús, en las que ha realizado innumerables signos y ha predicado su palabra, sin embargo, todas ellas se obstinan y se niegan a convertirse, es decir, a volver su corazón hacia el Mesías.

Las dos primeras ciudades nombradas Corozaín y Betsaida (que ya no vuelven a aparecer en Mateo) han sido el escenario de muchos de los milagros de Jesús. Sin embargo, estas ciudades no se han convertido, no han creído en la predicación del Mesías. Ambas han escuchado su mensaje de conversión, y a diferencia del Sermón de la Montaña, donde el Maestro critica a los que ayunan y hacen manifestación pública de su penitencia, aquí echa de menos el sayal y la ceniza como símbolos de la conversión. Aún resulta más sorprendente la comparación con las ciudades paganas de Tiro y Sidón que nunca se convirtieron. Las palabras de Jesús no dejan lugar a dudas, si estas ciudades tan pecadoras (Is 24; Ez 26-28;Am 1,9-10) hubiesen presenciado los milagros de Jesús y escuchado sus palabras, se hubieran convertido al Señor. De ahí, la sentencia, habrá mayor benevolencia en el día final para Tiro y Sidón que para las dos ciudades de Galilea, testigos de la presencia de Jesús en medio de ellas.

La última ciudad es Cafarnaúm, “su ciudad”, lugar central de la actuación de Jesús. Aquí la acusación es diferente, este pueblo está henchido de orgullo: ¿pretendes encumbrarte hasta el cielo? Este encumbrarse hasta el cielo nos recuerda a Babel y a diversas manifestaciones idolátricas. En esta ocasión, Mateo la compara a Sodoma, ciudad soberbia y orgullosa que no dio la mano al pobre y al desgraciado (Ez 16,49). Aun así, si Sodoma hubiera visto los milagros de Jesús se hubiera convertido y se mantendría en pie. Todos necesitamos el camino de la conversión para que nuestra fe nos sostenga y nos mantenga vivos. La amenaza del castigo y la comparación con los pueblos paradigma del pecado es un recurso del profetismo para provocar un cambio. ¿Qué debe cambiar en mí para que la escucha de la palabra de Dios me lleva a la auténtica conversión? No basta con ser seguidor de Jesús, sino que hay que vivir como tal. Aquellas personas que hemos recibido su Palabra, la buena noticia del reino, somos testigos de los signos de su presencia en medio de nuestro mundo, debemos caminar en la humildad de quién ha recibido el don de conocer un poco más a Jesús de Nazaret e intentar vivir en dinámica constante de conversión.

Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.