Entonces, también en el momento de la Cruz, les preguntó: -«¿Quién decís que soy yo?»
Los discípulos no estaban. La Magdalena solo sabía llorar. Pedro había huido, como el resto. Juan solo contemplaba.
Pero ella respondió: -«Eres mi hijo, mi niño, mi alegría, mi todo. Mi mayor alegría y mi dolor. Mi sufrimiento y mi esperanza».
María supo comprender la totalidad del misterio.
Hoy, junto a María,
Madre de Dolores,
Madre de Esperanza…
¡Feliz Domingo! ❤🔥