Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la tristeza en el momento en que ha nacido la vida».
Pero no podemos olvidar que este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido posible a como lo vivió la Sagrada Familia.
Es decir, sin ostentaciones, sin gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.
FELIZ NATIVIDAD de NUESTRO SEÑOR