Santuario Nuestra Señora de los Milagros

MES DE MARÍA… MES DE LAS FLORES

Ponernos frente a María es querer salir de nosotros mismos,

de contemplarnos menos y saber que Ella es un reflejo de la ternura de Dios.

Ofrecemos el Narciso como expresión de la voluntad de arrancar de nosotros mismos

el “ego” que nos impide ser más humildes y menos creídos.

Cuántos hermanos nuestros, al igual que la famosa leyenda griega,

mueren en vida al permanecer en un constante enamoramiento y endiosiamiento de sí mismos.

 Al leer la leyenda de Narciso (cómo perecería en las aguas del río por complacerse y mirarse en su belleza) no podemos menos que orar a María para que ayude a este mundo nuestro a ser más crítico con todo lo aparentemente estético pero en el fondo  vacío y muerto.

“La belleza es la Divinidad visible, es el cielo descendido sobre la tierra” (T.Gautier)