Oración: Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia Soberana. Oh, Madre de Dios, no desechéis nuestras súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente, Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo Buenos días. Hoy es * 28/03/2020 Sábado de la IV semana de Cuaresma* vivimos esta situación con esperanza y confianza bajo la intercesión de la Virgen Maria.
Texto del Evangelio (Jn 7, 40-53): En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Este es de verdad el profeta». Otros decían:«Este es el Mesías». Pero otros decían: «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?». Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: «¿Por qué no lo habéis traído?». Los guardias respondieron: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Los fariseos les replicaron: También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos». Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?». Ellos le replicaron: «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas». Y se volvieron cada uno a su casa.
Reflexión: Estamos acercándonos a los días santos del Triduo Pascual y ya comenzamos a notar cómo se “complica” el ambiente alrededor del Señor. Se genera como una discusión y controversia. No podía ser de otro modo: el mismo lo advirtió «¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que no, sino división» (Lc 12,51). Y no es que el Redentor desee la controversia y la división, sino que ante Dios no valen las “medias tintas”: «Quien no está conmigo, está contra mí; y quien no recoge conmigo, desparrama» (Lc 11,23). ¡Es inevitable! Ante Él no hay ninguna postura neutra: o existe, o no existe; es mi Señor, o no es mi Señor. No es posible servir a dos señores a la vez (cf. Mt 6,24).
San Juan Pablo II lo tenía muy claro: ante Dios hay que optar. La fe sencilla que nuestro buen Dios nos pide implica una opción. Hay que optar porque Él no se nos quiere imponer; vino a la Tierra de manera discreta; murió empequeñecido, sin hacer alarde de su condición divina (Flp 2,6). Es lo que expresa santo Tomás de Aquino en el Adoro Te devote: «En la cruz se escondía sólo la divinidad, aquí [en la Eucaristía] se esconde también la humanidad». ¡Hay que optar! Dios no se impone; se ofrece. Y queda para nosotros la decisión de optar a favor de Él o de no hacerlo. Es una cuestión personal que cada uno —con la ayuda del Espíritu Santo— ha de resolver. De nada sirven los milagros, si las disposiciones del hombre no son de humildad y de sencillez. Ante los mismos hechos, vemos a los judíos divididos. Y es que en cuestiones de amor no se puede dar una respuesta tibia, a medias: la vocación cristiana comporta una respuesta radical, tan radical como fue el testimonio de entrega y obediencia de Cristo en la Cruz. También en esta hora oscura hemos de optar entre confiar en El o rechazarlo, siguiendo al maligno. Como dice el salmista: “Confía en el Señor, se valiente, ten ánimo. Confía en el Señor”.
Pedimos la gracia que deseamos presentar al Señor por intercesión de la Virgen de Los Milagros..,
Virgen de Los Milagros Madre De Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros.
Virgen de Los Milagros Vida, dulzura y esperanza nuestra, ruega por nosotros.
Virgen de Los Milagros Madre De Dios y refugio nuestro, ruega por nosotros.