María nos muestra el camino hacia su Hijo. Ella intercede, ella cuida, pero su Hijo es el que salva. En todo momento, nos repite: «Haced lo que Él os diga».
¡Ayúdame, María, a alzar los brazos hacia Jesús, a través de tu corazón maternal!
Madre del abrazo,
Madre Milagrosa,
ruega por nosotros.