En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy es Viernes XV Tiempo Ordinario Nuestra Señora del Carmen. La fiesta empezó como fiesta de familia de la orden de los carmelitas, primeramente en Inglaterra, pero muy pronto se extendió por otras partes, por medio del escapulario que vino a hacerse tan popular. España, Italia, Portugal, Francia y Saboya fueron las primeras que solicitaron la celebración de esta fiesta del Carmen o del escapulario.
San Mateo 12, 1-8 En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».
Palabra del Señor
Reflexion: En el Evangelio de hoy podemos contemplar una bella estampa en la que Jesús junto a sus discípulos va cogiendo espigas y otros frutos para entretener el hambre. Un gesto sencillo y natural sin pensar en que es sábado y la ley lo prohíbe, lo vive con naturalidad sin pensar en que algunos digan que es un robo.
Los fariseos recriminan y se quejan a Jesús de lo que sus discípulos están haciendo, pero Jesús no siente ningún respeto humano y sale en su defensa, pues contempla haciéndola sencilla e inteligente. Para ello recurre al rey David, cuando se comió los panes reservados a los sacerdotes, un acto muy razonable ante el hambre que pasaban, y para Dios está antes la vida de la persona que las leyes impuestas y exigentes. En sintonía con el profeta Oseas: ¡quiero amor y no sacrificios!
Jesús lo único que quiere hacernos ver es que Dios quiere nuestro corazón, un corazón que le alabe con confianza y un corazón que ame con sinceridad, sea compasivo con los demás y lleno de ternura hacia el hambriento.
¿De qué nos sirve hacer tantos sacrificios, privarnos de cosas porque la ley lo prohíbe, y luego no somos capaces de tender nuestra mano ha necesitado, ofrecerle y caridad y misericordia? ¿De qué nos sirven tantas leyes y luego le negamos una palabra de aliento al que está a nuestro lado? Jesús nos invita a juzgar las cosas desde el interior, y no dejarnos absorber por las observancias de la apariencia reglas para “quedar bien” delante de Dios. El Señor pide crecer “en espíritu y verdad”. El no pretende juzgar la ley del sábado, sino que quiere que la interpretemos desde lo profundo, dándole un soplo de vida y sencillez.
El sábado estaba pensado para hacer libres a los hombres. Para la adoración a Dios, para el descanso y la Alegría. Es esta experiencia que nos asegura la vida y con ella vencemos toda esclavitud pues esta ley está para hacernos libres ante Dios.
La enseñanza de Jesús es ser hombres profundamente espirituales, auténticamente religiosos, buscando la Verdad y comprometiéndonos con la Caridad.
_* Dios te bendice…* Oramos a Nuestra Señora del Carmen: “Salve, estrella de los mares, de los mares iris de eterna ventura
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
De tu pueblo a los pesares tu clemencia dé consuelo fervoroso, llegue al cielo, hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Salve, estrella de los mares. Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor”.
Salve, Estrella de los mares. Estrella de los mares, salve, salve, salve, salve”.