El nacimiento de Jesús,
en un establo, tiene que ver con una puerta cerrada,
con la ciudad llena, con la falta de hospitalidad
o de atención de un pueblo,
o con la compasión de quien finalmente les deja un techo donde cobijarse.
Es una historia de cara y cruz,
de luz y sombra,
donde unos se asoman al milagro,
y otros ni se dan cuenta de lo que ocurre.
Y así sigue siendo la Navidad, un tiempo de contrastes, de posibilidades y de oportunidad.
Y también, por què no decirlo…
de martirio… de ser testigo… de no tener miedo…
como san Esteban…
FELIZ DÍA A TODOS