-¿Es la alegría que sentimos por la FE EN UN NIÑO
o, más bien lo dejamos de lado?
-¿Son días de compañia o, tal vez, jornadas melancólicas porque no hemos puesto en el centro a Dios?
-¿Es inquietud que nos conmueve o hastío por movernos por lo superficial?
-¿Son jornadas con deseos divinos o solamente lo que dura la burbuja de un champán?
-¿Son momentos con el color del cielo o solamente con el «consume» «bebe» «sube» «baja» y «disfruta»?
-¿Es un mirar hacia el cielo o, por el contrario, un perdernos en lo pagano y burgués de estos días?
-¿Es creer y recordar que Dios se hizo pequeño o, por el contrario, es un alzheimer del contenido más sagrado de la Navidad?
-¿Es crear ambiente divino, entrañable y de misterio, o más de lo mismo a costa de lo esencial?
-¿Es ponerse en direccion a Belén o detenerse en lo artificial y exclusivamente comercial?
-¿Es despertar la conciencia de que, con Jesús, podemos ser mejores o -por el contrario- un subidón sin más trascendencia que unos días vividos sin ton ni son?
¿QUIERES UNA NAVIDAD CRISTIANA O PAGANA?
¡Ese es el dilema! ¡Opta por lo primero y te sentirás más feliz que un pastor en plena montaña tocando el cielo!