María es el prototipo de la mujer del sábado santo, capaz de esperar en la hora del silencio.
Capaz de mantener la esperanza en ese tiempo intermedio, entre la noche oscura y el amanecer radiante…
El espacio del silencio y de la espera.
En el que parece que nada ocurre, (pero algo está germinando).
El lugar del cansancio y cierta rendición.
De una quietud callada.
Hay muchos espacios en nuestro mundo que se asemejan a este. Muchos lugares donde parece que se palpa la derrota…
Pues bien, ese sepulcro en el que yace la Vida a punto de estallar, en el que la Palabra espera para volver a ser proclamada con estruendo, es hoy icono de esperanza para todas esas realidades vencidas y atravesadas, que siguen esperando que se haga la luz.
ORACIÓN – SILENCIO – ESPERA…