Por muchos motivos pero, especialmente por el recuerdo agradecido
al P. Miguel Pérez Flores… quiero traer a estas páginas una pequeña reflexión
que, estoy seguro, él suscribiría…
SAN MIGUEL, ARCÁNGEL.
-San Miguel nos invita a gritar a los cuatro vientos que ¡SOLO DIOS ES DIOS! Y a ser hombres –mientras estemos en la tierra- dándole gloria y alabanza al Creador
-Frente a la debilidad, San Miguel nos empuja a ser fuertes en la lucha contra aquello que nos invade y nos roba la fidelidad a Dios
-Frente a la proliferación de “los nuevos dioses”, San Miguel nos recuerda que sólo DIOS es capaz de colmar y de calmar nuestras aspiraciones
-Frente al intento de silenciar a Dios en medio de un mundo lleno de ruidos y de intereses, San Miguel nos incita a proclamar con entusiasmo que DIOS es lo más grande que podemos tener en nuestra vida
-Frente a la confusión del bien con el mal, San Miguel nos ayuda a luchar con la claridad y la formación de nuestra conciencia para distinguir la bondad de la maldad
-Frente a los que pretender ordenar el mundo como si de “dueños” se trataran, San Miguel nos recuerda que sólo Dios es capaz de regir y entender, comprender y llevar a toda la tierra y a sus habitantes hacia la plenitud
-Frente a los que enfundaron las armas del amor y de la paz, de la fraternidad y de la alegría, del compartir o las de la fe, San Miguel nos anima a aventurarnos por Dios y con Dios en la transformación del mundo
-Frente a la zafiedad y la mediocridad, San Miguel nos alienta a mirar hacia lo alto para descubrir y recoger la fuerza que Dios nos ofrece para alcanzar la perfección en su grado más pleno.
Feliz día a todos… especialmente los que lleváis el nombre de: Miguel, Gabriel o Rafael… oramos los unos por los otros…
Felicidades a los que no se cansan de luchar… ni se doblegan ante el mal…
Felicidades a los que se saben «protegidos» de Dios… y son capaces de gritar, cantar, escribir, pintar… vivir…
«nada ni nadie como Dios».