Lo que san Vicente de Paúl transmitió sobre este gran misterio: Cuando el Padre eterno quiso enviar a su Hijo al mundo, le propuso todas las cosas que tenía que hacer y padecer. Ya conocéis la vida de Nuestro Señor, cómo estuvo llena de sufrimientos. Su Padre le dijo: «Permitiré que seas despreciado y rechazado por todos, que Herodes te haga huir desde tus primeros años, que seas tenido por un idiota, que recibas maldiciones por tus obras milagrosas; en una palabra, permitiré que todas las criaturas se pongan contra ti».
Eso es lo que el Padre eterno le propuso al Hijo, que le respondió: «Padre, haré todo lo que me mandes». Esto nos demuestra que hay que obedecer en todas las cosas en general.
El Sí (Fiat) de María responderá a aquel de su hijo.
Y la Misión del hijo es clara: Glorificar a Dios, establecer su Reino, liberar a los seres del Espíritu del Mal que los quiere aprisionar en el pecado y la ignorancia, dar a conocer a Dios a los pobres, desvelar su Nombre bendito, en resumen, evangelizar a los pobres, ya que son los más alejados de esta Revelación, la más sublime entre todas. Misión que todos los vicencianos deben proseguir.
Feliz Domingo…