La Palabra de Dios hoy nos habla del agua. El agua que brota del Templo descrita por el profeta Ezequiel y que va purificando y curando todo lo que encuentra a su paso. Representa la vida en Dios, cono el agua que recibimos en el bautismo, el agua que se asperja sobre nosotros en el acto penitencial de la pascua, en las bendiciones de los Ramos, al despedir los restos mortales de un ser querido… Agua bendita de la vida, utilizada en los sacramentos y celebraciones.
La misma en la que deseaba sumergirse aquel enfermo que llevaba treinta y ocho años padeciendo su postración sin poder llegar a tiempo a la piscina de Betesda, junto a la Puerta de las Ovejas en Jerusalén. No necesitó llegar a tiempo a la piscina, pues el mismo Jesús le curó con su Palabra de autoridad. El agua del Señor sanó su enfermedad.
Feliz día… Dios te bendice…