Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

¡Qué lejos estamos de la fe de este hombre, esa fe humilde, que no hace vanas preguntas, que hace que la creatura tienda y busque a su Creador! No miremos nuestra vida desde la superficie, sino tengamos el valor de entrar en la casa, descubrir dónde están nuestras parálisis y ponerlas delante del Señor para que las cure.

“Señor, sana mi corazón, que tu Palabra sea la que ilumine mi casa, todos sus rincones, oscuridades y recovecos; dame el don de una fe humilde que pueda confesar que Tú eres el único capaz de sanar plenamente las heridas del mundo y de mi propia casa; una fe obediente a tu Voluntad, para que cuando digas “Haz esto”, lo haga sin vacilar”. Amén.