A Jesús le duele ver la cerrazón del corazón del ser humano y que no sea capaz de reconocer la acción liberadora de Dios. Mas que interpretar como amenazas estos «ayes» de este pasaje de Mateo son más bien una advertencia, una llamada a la conversión. Que sigue también resonando para nosotros hoy. Cuantos «ayes» nos tendría que dar Jesús ante nuestra incapacidad de ver sus intervenciones en nuestra vida cotidiana. Este texto del Evangelio es una invitación a saber discernir cómo Dios se hace presente en nuestra vida, quizás por los caminos más inesperados. De ahí, el cambio de mentalidad (conversión) que nos pide Jesús para ser más conscientes y agradecidos por la acción salvadora de Dios en nuestra vida.
UNA IMAGEN… UNA PALABRA
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