En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo Hoy es Martes 29 de Septiembre XXVI Semana Ordinario Hoy la Iglesia celebra, con categoría de fiesta, a los arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael. Sus nombres hacen referencia a sus funciones de enviados de Dios a los hombres, así como ejecutores de sus órdenes y transmisores de sus mensajes y favores.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 47-51:En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Palabra del Señor
Reflexión: La iglesia nos propone hoy a la veneración a los tres arcángeles de los que nos habla la Biblia. Los tres llevan a cabo la acción de Dios entre nosotros. Es bueno recordar el significado de cada uno. Miguel (“¿quién como Dios?”), Gabriel (“fortaleza de Dios”) y Rafael (“medicina de Dios”).
Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar. Estas palabras de Jesús son la conclusión de un encuentro con el que será el apóstol Natanael. Jesús alaba su forma de ser: “un israelita de verdad, en quien hay engaño”. Ser israelita de verdad implica ser un hombre recto, responsable, coherente. Además, percibe en él a esa persona sincera que transmite seguridad y donde la verdad prevalece sobre otros aspectos de la vida. La pregunta de Natanael refleja bien su actitud sincera: “¿De qué me conoces?” Pero sobre todo, la respuesta de Natanael, tras las palabras de Jesús, es una confesión auténtica de la condición mesiánica de Jesús. El evangelista ha resumido en este breve diálogo algo que sería mucho más amplio en su realidad. Él lo ha resumido con unas breves pero enjundiosas pinceladas. En ellas se percibe la intuición de Jesús al describirle de esa forma tan positiva y el dibujo de una persona íntegra, así como la respuesta del apóstol convencido de que quien le habla es el Hijo de Dios.
Jesús trae a colación la realidad de los ángeles de Dios, que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Es decir su ministerio, su servio en el plan salvifico de Dios está siempre en relación y dependencia de la misión del Hijo de Dios. Y ahí se aclara lo que hemos leído en la primera lectura, que hoy se proclama en la Misa, del profeta Daniel.
Fue un primer encuentro con Jesús. Después viene su seguimiento fiel. La lectura puede servirnos a todos nosotros para recordar nuestro primer encuentro. ¿Qué diría Jesús de nosotros? ¿Cómo nos describiría? ¿Cómo ha sido nuestro posterior seguimiento? ¿Qué dirá Jesús de nosotros ahora, en el presente?
Esa puede ser la forma de personalizar nuestro encuentro con Él, teniendo presente el encuentro de Natanael. Que nos ayuden los
arcángeles a llevar una vida digna del elogio de nuestro Salvador.
_* Dios te bendice…* “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén” (Papa León XIIl).