En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo Hoy es Domingo 01 de Noviembre XXXI Semana del Tiempo Ordinario Celebramos hoy la Fiesta de todos los Santos. Lo que hoy celebramos es el Amor de Dios, que ya ha acogido a los que nos han precedido y nos esperan a los que todavía estamos en camino. Santidad es “Comunión feliz entre todos los hijos de Dios.. Lo más importante de la vida cristiana es ser y no perder nunca la imagen de hijo de Dios, como hicieron y vivieron los santos.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12a En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
Palabra del Señor
Reflexión: La verdadera santidad es una gracia, es la obra que Dios hace gratuitamente en mí.Una existencia vivida con mucha fe y mucha humanidad. Una vida que expresa sentimientos y actitudes de bondad y compasión, que se concreta en obras de justicia, caridad y solidaridad. Porque así es Dios, así actúa Dios y así quiere que sean y actúen sus hijos. Así es la santidad de Dios y así se refleja en sus santos. A estas personas están dirigidas las bienaventuranzas. Para que esta acción gratuita de Dios opere la santidad en nosotros, es preciso acogerla agradecidamente y ejercitarla responsablemente. La santidad de Dios es ser bueno con todas sus criaturas y hacerlas buenas. Nuestra santidad es el resultado de la benevolencia de Dios hacia nosotros. No hallamos gracia a sus ojos por nuestros méritos, sino por su benevolencia y mirada misericordiosa. Esta mirada es lo que pone en nosotros santidad. Y lo más que nosotros podemos hacer es dejar que esa bondad de Dios se refleje y actúe en nosotros. Pero en todo caso, la santidad es gratuita, como don de Dios, y obra del Espíritu Santo en las personas. Podemos decir, pues, que la santidad es camino de Bondad, Felicidad y Comunión que Dios realiza en nosotros. En realidad, un santo no es otra cosa que ser de Dios, y por ello ser una buena persona. Porque ser santo no es más que ser lo que tenemos que ser, pero siempre con la ayuda de la gracia, q
ue por los Santos sacramentos nos “enchufan” a Cristo.
El Papa Francisco, en su exhortación sobre la Santidad en el momento actual: “Alegraos y regocijaos” pone la santidad en el horizonte de la bondad (Mt 25) y la Felicidad (Mt 5, 5-15). Las Bienaventuranzas son como el carnet de identidad del cristiano. ¿Cómo se hace para llegar a ser buen cristiano?’. Es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en las Bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro que estamos llamados a transparentar en la vida cotidiana. (.G.E. 63). ¡Feliz o bienaventurado es sinónimo de santo!
Por eso, la Santidad es un proyecto de felicidad y a la vez un programa de cómo ser lo que debemos ser. Con deficiencias y pecados, muchos han buscado la felicidad en la santidad. Estas confesiones de hombres buenos y felices pueden acercarnos a la santidad de Jesús, y hacer más humana la nuestra.
“En la vida existe una sola tristeza, la de no ser santos”. (Leon Bloy)
«Ser bueno es hacerse divino, porque sólo Dios es bueno.»(Unamuno)
“En todo hombre bueno habita Dios.» (L A. Séneca)
«Sólo los que son verdaderamente buenos y santos son felices.»(San Pablo VI).
_* Dios te bendice…* “En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre Santo, porque manifiestas tu gloria
en la asamblea de los santos, y, al coronar sus méritos, coronas tu propia obra. Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino, para que, animados por su presencia alentadora, luchemos sin desfallecer en la carrera
y alcancemos, como ellos, la corona de gloria que no se marchita, por Cristo,Señor nuestro. Por eso, con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, cantamos sin cesar
el himno de alabanza:
Santo, Santo, Santo es el señor dios del universo. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en el cielo”.