La fe cristiana implica ponerse manos a la obra.
Echar raíces en el amor lleva a vivir desde un amor real, concreto, encarnado y fecundo.
Supone trabajar con y por otros. A veces otros serán quienes te ayuden.
En algunas ocasiones seré yo quien ayude a los demás.
Y muchas otras veces seremos, juntos, capaces de construir mucho…
sanar heridas, alumbrar mundos nuevos, imaginar paraísos, desbaratar infiernos.
Al juntar las manos y los brazos, al sumar las fuerzas, surge algo nuevo, diferente.
En el encuentro hay una fecundidad mayor. En los proyectos así compartidos hacemos que el proyecto de Dios, Uno y Trino, se comprenda mucho mejor.
FELIZ DÍA A TODOS… especialmente a todos los que tenéis como patrón (de nombre, de pueblo…) a San Benito…