A menudo necesito, Señor, un faro, una guía,
algo o alguien que me recuerde dónde habitas, cómo hablas, cómo amas.
Necesito tu luz en mis sombras.
Tu palabra en mis silencios.
Tu plenitud en mis vacíos y tu fortaleza en mi miedo.
Necesito tus ojos para verme reflejado en ellos (y verme bueno).
Tus manos que acaricien mis tormentas.
Tu canto que acune mis pesadillas.
Tu vida que venza mis pequeñas muertes.
Necesito tu luz en mi vida, Señor…
TE NECESITO, SEÑOR