El Adviento tiene su propio ritmo, su propia historia, su propio encanto.
Es el tiempo de prepararse.
Es tiempo de anticipar, con ilusión, algo bueno…
Es el tiempo del deseo, de las expectativas, de las promesas que te llenan de expectativas.
Quizás estas próximas semanas puedo vivir este tiempo con toda la hondura que me ofrece.