“Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir,
¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!”
Se acercan el amor, los motivos, la presencia que una vez más ha de llenar nuestro horizonte. Viene la palabra que pondrá sentido en el día a día. Quizás te nos harás un poco más visible.
Vencerá el perdón… Resonará muy dentro una canción que ha de despertar oleadas de júbilo.Se pronunciará una palabra que será la mejor herramienta.
El ritmo de los días volverá a ser danza. Venceremos el miedo a vivir. El abrazo será hogar, y habitarás nuestra oración. Y lo sorprendente es que todo eso que viene en realidad ya está aquí. El germen crece imparable.