¿Y nosotros? ¿Los que, de alguna manera, podernos llamarnos “los suyos?
Podríamos hacernos una batería de preguntas: ¿Cómo seguimos a Jesús?
¿Nos quedamos, acaso, en la cáscara, como los que le ven en Gospel o en Jesucristo Superestar?
¿O, más bien, seguirle nos mueve a conversión, nos causa alegría, signo de que estamos con él?
Solo aceptando a Jesús con corazón sencillo, lograremos abrirnos a su mensaje, sin buscar interpretaciones mezquinas.
FELIZ DÍA A TODOS…