La mirada limpia es aquella que ve el conjunto de la cosas
de la realidad y se asombra, porque es inteligente y mira con paciencia.
La mirada limpia comprende, analiza, hace síntesis de lo que ve y no la arrebata el juicio.
Es una mirada atenta a su alrededor, fresca, no está ensimismada en su mundito.
Es una mirada que acepta la realidad, que busca ahondar en su misterio.
Una mirada limpia no juzga a los demás por sus errores,
los comprende porque sabe de los suyos.
La mirada limpia capta el hilo fino y casi invisible que une las cosas en su armonía.
Es una mirada que va a contramano de la lógica del ambiente,
porque se anima a ver más allá y no se ciega con la primera dificultad.
La mirada limpia se aventura con curiosidad sobre los entresijos de la vida.
La mirada limpia es simple: se duele con el dolor y se alegra con la alegría, no hace show de la desgracia ni desestima la felicidad.
La mirada limpia contempla a las personas en su verdad, por eso no necesita despreciarlas, sino que ve para qué está cada uno en el mundo.
FELIZ DÍA DE MIRADAS LIMPIAS…
que, al estilo de nuestra Madre Asunta al Cielo… vivamos con limpieza de corazón…