¿Te imaginas pasar frío en verano?
¿O un invierno abrasador?
La temperatura parece que marca el paso de las estaciones
y les da su normalidad. Pues por dentro nos pasa algo parecido.
No hay temperatura estándar.
Aunque en este caso lo que pasa no son estaciones,
sino momentos vitales diferentes.
Épocas de frialdad, de desapego, quizás incluso de indiferencias.
Otras de calor abrasador, donde más que pasión lo que hay es exaltación.
Luego está la calidez de los momentos en que el verdadero fuego es Dios, y en nosotros, se vuelve calor y luz.
Y es que la vida de dentro también es cuestión de temperatura.
FELIZ DÍA A TODOS