Una vez que hemos terminado con estos días «extraordinarios»
de reuniones en torno a las castañas «magostos»…
permitidme pediros algo:
Resulta arriesgado hablar del HAMBRE si son otros lo que la padecen.
Pero en esta semana te invitamos a rezar:
que sea la tuya una oración callada, pero constante;
intensa, pero humilde;
personal, pero abierta al mundo.
Hambre nos habla de necesidad imperiosa,
de un vacío que quiere desesperadamente llenarse,
de una fuente de energía y vida que parece escaparse…
Desde esta página te invitamos, durante esta semana,
a pensar y rezar desde el hambre / las hambres de nuestro mundo: propias y ajenas.
También… del HAMBRE DE DIOS…
¡Ahhh!!!!… terrible esta hambre que nos hace infelices pero nos entregamos a ella…
Una súplica SEÑOR QUIERO VER
BUEN DÍA A TODOS