No quisiera quedarme apático,
indiferente a todo, frío, ajeno a Ti,
a los otros y a mis propias fuerzas.
¿Qué sería una vida así?
Sin tormentas ni remansos de paz.
Sin cuestas de enero, en las que parece que el mundo da vértigo, o sin momentos de quietud en los que todo vuelve a su sitio.
¿Qué sería mi vida si no hubiese en ella ilusiones, zozobra, instantes de dicha y otros de desasosiego?
¿Qué sería mi historia sin lágrimas ni risas?
¿Qué sería cada día sin amor o desamor?
Gracias por crearme así, sensible, sentimental (que quiere decir capaz de sentir –ojalá mucho-) capaz de vibrar, temblar, volverme loco a ratos…
Dame fuerza para, a pesar de todo, seguirte siempre y ser tu «profeta»…
FELIZ DÍA A TODOS