A veces cuesta.
A veces se nos van las ganas, la fuerza, las ilusiones.
A veces confundimos las causas, y luchamos por lo imposible o lo estéril, aferrados a esperanzas inútiles.
A veces confiamos en la gente equivocada.
Y otras veces nos rendimos,
al sentir que ya no merece la pena luchar.
Pero no nos dejemos abatir.
Quizás el reto es pelear por algo que lo merezca.
No aferrarnos a lo que no puede ser y plantar batalla donde hay vida que sembrar.
Mandar a tomar viento las quimeras y los callejones sin salida, para recorrer los caminos de lo cierto y lo posible.
Por eso, Señor, tócame… abre mis ojos… hace ver…
FELIZ DÍA A TODOS