Que a veces es demasiada la insistencia en lo propio:
Autoestima, autorrealización, autosuficiencia, autoayuda…
Y mira, que no, que por más que uno se empeñe,
hay una independencia que termina convirtiéndonos en islas.
“Es que hay que ser autónomo, independiente…” dirán algunas voces…
¿Para qué?
¿Para no necesitar a nadie?
¿Para que no te hieran?
¿Para valerte por ti mismo?
¿Para estar siempre en control?
Pero, ¿no es esa la puerta más directa a la soledad?
Necesitamos confiar, apoyarnos en otros, pedir, mostrarnos vulnerables, compartir las cargas y aprender el amor.
FELIZ DÍA A TODOS…