Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt 27,46)

¿Quién no tiene momentos de noche oscura?

De depresión, de inseguridad, de absoluta incertidumbre…

Esos momentos en los que parece que todas tus opciones han sido equivocadas,

que cada decisión te ha llevado por un sendero erróneo.

Esos tiempos en que te muerde la soledad, el fracaso, la miseria propia y ajena.

¿Quién no tiene momentos de escepticismo, de sinsentido, de amargura?

¿Quién no se pregunta, tal vez por un instante fugaz pero punzante, dónde está Dios ahora?

La duda no es inhumana, ni el enfado, ni el miedo…

El reto está en no ceder, en no creer que todo ha sido una mentira.

El desafío es no abandonar, no rendirse, no capitular en esos momentos.

Después de todo, el salmo 22, que comienza con el llanto del justo: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”,

termina cantando la presencia del Señor en edades futuras:

“..hablará del Señor a la edad venidera, contará su justicia al pueblo por nacer. Así actuó el Señor”.

FELIZ LUNES SANTO…