SANTA MARTA…
Como le sucedió a Marta, también nosotros (con tantas cosas que hacer) hemos de escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas cosas, o mejor, de una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones cotidianas.
He aquí la cuestión: el mundo y la santidad; el tráfico diario y la única cosa necesaria. No son dos realidades opuestas: hemos de procurar la confluencia de ambas. Y esta confluencia se ha de producir —en primer lugar y sobre todo— en nuestro corazón, que es donde se pueden unir cielo y tierra. Porque en el corazón humano es donde puede nacer el diálogo entre el Creador y la criatura.
Necesitamos más tiempo de silencio, de oración… porque nuestro timepo es de continuo movimiento. O como decía san Juan Pablo II: «El nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del “hacer por hacer”. Tenemos que resistir a esta tentación, buscando “ser” antes que “hacer”. Recordemos a este respecto el reproche de Jesús a Marta: ‘Tú te afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo sólo una es necesaria’ (Lc 10,41-42)»
FELIZ DÍA A TODOS…
Y tradicionalmente, en nuestra Congregación de la Misión,
hoy celebramos el día de los Hermanos…
FELICIDADES A TODOS y GRACIAS POR TANTOS SERVICIOS CALLADOS…