Se acerca la Navidad.
Esta última semana de Adviento es la recta final en la que debemos preparar el corazón y no dejar que las distracciones superfluas nos impidan ver la Luz que viene a nacer en nuestro corazón.
No las luces de colores, sino el “Sol que nace de lo alto”.
Dios va a nacer un año más en ti y en mí, en medio de esta humanidad a la que tanto ama.
No todos creen, no todos ven la Estrella, no todos lo esperan.
No todos son capaces, como san José, de estar atento a la voz del Señor allí donde no se le espera.
Pero este “sol” sigue brillando y viniendo un año más; es una oportunidad para amarle más, para conocer más a este Jesucristo, Hijo de Dios, y así servirle mejor.
¿Está preparada tu mente y tu corazón para vivir este acontecimiento? ¿Estás reconciliado? ¿Están tus ojos limpios para ver? ¿Está tu esperanza restaurada?
Si no es así, date prisa, queda poco tiempo, que no te agarre por sorpresa el día veinticinco.
Prepárate para celebrarlo y vivirlo como esta “visita” se merece.
Ámalo con toda la ternura de la que seas capaz.
Haz sitio dentro de ti para que Él quepa, haz limpieza de todo aquello que te estorbe.
Deja que Dios llene tu corazón de aquello que Él sabe que más estés necesitando. ¿Es posible?
FELIZ III SEMANA DE ADVIENTO…