Se va terminando el año.
Es tiempo de hacer un poco de balance y de soñar con nuevos proyectos. Ana, la anciana profetisa, da gracias a Dios, bendice y habla maravillas del niño. Dice un sabio y viejo consejo que más vale encender una vela que maldecir la oscuridad. Estoy convencido de ello.
Cuando miramos nuestra realidad, muchas veces nos vemos inclinados a maldecir nuestra suerte. Razones para ver el lado oscuro de las cosas no nos faltan. No somos ciegos. ¡Hay tantas cosas que no están bien! Pero, seamos honestos: nadie se atrevería a negar que hay razones para lo contrario. No somos ciegos ni para ver el mal ni para ver el bien. Más aún diría: vivimos envueltos en un ambiente de bien. Por eso el mal nos resulta extraño, hace ruido y nos llama más la atención.
Pidamos al Señor en este día la gracia de construir un mundo mejor desde el lado positivo de las cosas. Que no caigamos en la tentación de que el mal, con su atronador ruido, nos impida ver el bien que traspasa con mayor fuerza la realidad. Si Dios está con nosotros… ¿quién contra nosotros?
FELIZ DÍA A TODOS