Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Algún experto ha dicho que la parábola de hoy debería llamarse “del sembrador impertérrito”. Efectivamente hace falta tener moral para, después de tanto fracaso, continuar esparciendo semillas, en una geografía en la que, por un agente u otro, termina secándose o siendo devorada. Pero, gracias a ese tesón, la semilla finalmente “siente la caricia del terruño y abre sus entrañas a la vida”, según celebra la conocida zarzuela.

Jesús debió de decir esta parábola a gente desencantada, que le tildaba de ingenuo y le invitaba a abrir los ojos: ¿no te das cuenta, Maestro, de que cada uno está a lo que está? ¿de que ese asunto del Reino te interesa a ti y cuatro infelices más? ¿de que te persiguen las autoridades religiosas y las civiles? ¿de que entre tus mismos seguidores hay más envidiejas y ambición que concordia? A pesar de tan “razonables” advertencias, Jesús siguió sembrando esperanzado.

FELIZ DÍA A TODOS