En el Evangelio encontramos una queja de Jesús, que nos hace recordar el final del mismo, cuando Tomás necesita ver para creer. Aquí hay quienes han visto (y oído) y no creen, es decir, no acogen a Jesús como revelación del Padre.
«Verle» y «creer», empezar a vivir como él, convertirse en discípulo significa tener vida eterna.
Ya, ahora; y ser resucitado después, en «el último día», que para el Evangelio de Juan es el día de la Pascua, y el día final de nuestra historia.
FELIZ DÍA A TODOS…