Para nosotros puede resultar duro y hasta escandaloso el mensaje del Evangelio… Pero como «es el Espíritu quien da la vida»…. Es el Espíritu el único que puede ayudarnos a no quedarnos «en la carne, a no ser tibios, cobardes, cómodos… Ésta es la clave.
Y por eso, ésta debiera ser nuestra constante oración: «Ven Espíritu Santo y transforma los corazones de tus fieles».
Necesitamos orar «para no caer en la tentación» de renunciar al único que puede salvarnos, al único que tiene palabras de vida eterna, al Santo de Dios (= consagrado por Dios) para hacernos santos a nosotros.
FELIZ DÍA A TODOS