Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Jesús derriba muros y crea vida en comunión. Según el cuarto evangelio, la misión de Jesús tiene por objeto “que tengamos vida y la tengamos abundante” (cf. Jn 10,10).

Por tanto, el auténtico seguidor de Jesús tiene que ser un creador y distribuidor de vida, destructor de barreras y aliviador de dolores, activo inconformista con todo tipo de sufrimiento y de división.

Nuestro evangelista añade todavía un rasgo llamativo: de los diez leprosos curados, sólo el samaritano da gloria a Dios y se postra agradecido ante Jesús. Era el doblemente excluido, por leproso y por heterodoxo o hereje. Jesús enseña a no juzgar ni condenar, y a que nadie considere la bondad como patrimonio suyo y de los de su bando. También en el corazón de “los otros” se aloja frecuentemente una exquisita sensibilidad, incluso a veces superior a la de “los de siempre”.  

Feliz día…