El vino nuevo es la obediencia a Dios que Jesús vivió a lo largo de toda su vida. Una obediencia que nace de un corazón abierto al soplo del Espíritu, de un corazón que acoge los planes de Dios con humildad y docilidad, un corazón que busca sobre todo la autenticidad en todo el proceder y actuar. Obediencia que no es un mero cumplimiento de normas y preceptos, sino una apertura a Dios que en cualquier momento nos puede sorprender y marcarnos un camino diferente. Obediencia que pide apertura y receptividad. Obediencia que pide disponibilidad y humildad para aceptar la voluntad de Dios. “La obediencia vale más que el sacrificio” (1Sm 15, 22).
Feliz día a todos… Dios te bendice…